Falso y a la vez sincero

Rosa López (Granada, 1981) no cabe duda que es un personaje popular. En una reciente encuesta la conocían el ochenta y tanto por ciento de los españoles, cosa que muchos políticos no pueden decir.

Rosa, después de tocar fondo tras continuados fracasos en su carrera musical, ha retomado el vuelo a partir de OT. El reencuentro, su presencia en Tu cara me suena y el lanzamiento de su nuevo trabajo Kairós, que sale a la venta mañana viernes tras cinco años de silencio discográfico.

Y para acabar de redondear la cosa, acaba de estrenar en Ten, cadena minoritaria donde las haya, un reality –Soy Rosa– siguiendo la estela iniciada por Mario y Alaska (MTV), las Campos (Tele 5), Tamara Falcó (Cosmolitan) o Ana Obregón (DKiss).

Después del estreno del lunes (0.9 por ciento de audiencia para Ten es una barbaridad) cabe decir que el reality carece del tono autoparódico de las Campos o de Mario Vaquerizo, pero es infinitamente mejor que los de la Obregón y la hija de Isabel Preysler. Lo malo es que pese a la inocente sinceridad de la protagonista, el guión suena a falso.