BOIG PER TU
‘Docurealities’ peligrosos
Cada vez que veo programas como el de Menuda pareja, que pueden encontrar en la minoritaria DKISS, me asalta siempre la misma duda. ¿En el fondo, en el fondo, se trata de exaltar la superación ante la adversidad de personas, como es el caso de la pareja protagonista, con discapacidades o hay algo más? En Menuda pareja, un docureality estadounidense, nos familiarizamos con el matrimonio formado por Bill Klein y Jen Arnold. Los dos sufren de displasia diastrófica ósea que les ha impedido crecer más allá de 1,20. A lo largo de las sucesivas entregas conocemos su paso por la universidad, cómo se conocieron, cómo es su vida laboral, cómo intentan formar una familia, con hijos incluidos, cómo han conseguido una casa en la que sentirse cómodos, cómo es su día a día en las tareas más cotidianas o cómo se compran un coche deportivo... Sí, todo muy bonito. Un ejemplo para otras personas con su misma enfermedad que desean llevar una vida normal e independiente. Pero, la duda sigue. ¿Y si todo no es más que vender morbo para ganar y fidelizar a la audiencia?