BOIG PER TU
Los excesos del corresponsal
La pregunta es esta: ¿Realmente es necesario llevar las conexiones en el lugar de los hechos a estos extremos para trasmitir al espectador que se está a los pies de la noticia? La duda nos corroe después de ver cómo los corresponsales y/o enviados especiales a las zonas más afectadas por el huracán Irma se jugaban su integridad física a pie de calle y a merced de lluvia y vientos huracanados. Estos días hemos visto sufrir, por citar solo a los periodistas de casa, a Almudena Ariza (La 1), Xesco Reverter (TV3), Rocío Sañudo (Telecinco) pero sobre todo al veterano José Ángel Abad (Gijón, 1971) para los informativos de Antena 3. Con la cámara desenfocada por el agua, el aullido del viento tapándole la voz, empapado en agua sin capacidad para guarecerse y agarrándose a una barandilla de la calle para no caerse, el sufrido corresponsal de Atresmedia en Estados Unidos, desde 2003, lo aguantó todo para decir lo que sabíamos: que Irma se había puesto bravía y que había que tomar todas las precauciones posibles para evitar una tragedia. ¿Exceso de profesionalidad o exceso de morbo?