El enfado del director

Juan Ferrer, siempre a la última, me explicaba a la hora del desayuno en Can Toni’s el enfado que había pillado Francesc Betriu al ver el maltrato que le dio La 2, el pasado miércoles, a su película Furia española. El leridano responsable de películas de calado en el cine español como Corazón solitario, La plaça del Diamant –siempre ha dicho que para él solo cuenta la serie y no la versión resumida para la pantalla grande–, Sinatra o Réquiem por un campesino español no tuvo suerte con este esperpento sobre el Barça y sus seguidores como excusa a la hora de retratar la sociedad catalana de los setenta. Primero la censura franquista la congeló durante dos años y solo pudo emitirse tras la muerte del dictador y con diez minutos menos (de los 91 originales pasó a los 81 que pueden verse en el DVD comercializado), pero es que esta pasada semana, La 2 pasó una versión tan mutilada que quedó la cosa en 75. O sea, seis menos. Con lo cual, a sus ojos quedó hecha un auténtico desastre. “Más hubiese valido que no la hubiesen puesto”, se lamentaba. Y no le faltaba razón, la verdad.