Surrealismo en estado puro

En El Chiringuito están que no cagan (perdón por la expresión, pero es que se ajusta como anillo al dedo al tema) con Gareth Bale. Llevan semanas crucificándolo por su bajo rendimiento en el Madrid y literalmente pidiendo su marcha por ser indigno de vestir la camiseta blanca. Ahora con su gol en Anoeta, lo único bueno que hizo en todo el partido, hablan maravillas de él, presentándolo como la octava maravilla mundial. Son así. Pero el summum se produjo la semana anterior cuando ni cortos ni perezosos escenificaron una Anatomía de Bale, según afortunada definición de los cachondos del Zapeando, montando a piezas un maniquí en el plató –en las partes pudendas en un ataque de decoro colocaron una pegatina del programa– para explicar de manera gráfica la larga lista de lesiones musculares del futbolista galés, pero el colmo llegó cuando un desatado Tomás Roncero se levantó de su silla y abrazado al humilde maniquí intentó comerle el coco para levantarle la moral al grito de “Tú puedes, Gareth, que estás en el Madrid, no lo olvides.” Se ve que le hizo caso.