La diversión más blanca

¿Quién quiere casarse con mi hijo? (Cuatro) resulta tan inocuo, inodoro, incoloro e insípido, que hasta resulta entretenido. Quizá por eso este reality-light presentado por la asturiana Luján Argüelles (Salas, 1977) desde su primera edición ya va por su quinta temporada y con unos niveles de audiencia aceptables. Ya saben de qué va la cosa. Cinco solteros, acompañados de sus peculiares madres –que acaban siendo siempre el eje central del show– deben escoger entre un grupo de candidatas o candidatos (porque siempre se incluye un gay en el lote) decididas/os a hacerles abandonar la soltería. Si aceptamos que realmente son madre e hijo y que las candidatas lo son de verdad y no un conjunto de actores y actrices contratados para la ocasión y que se mueven a golpe de guion e interesada edición, la cosa hasta funciona, con golpes de humor muy buenos como el que le soltó una adolescente al granadino Jaime cuando este le preguntó, para romper el hielo, si le gustaba la Alhambra. Ella, ni corta ni perezosa, le soltó que “claro que sí, me encanta la cerveza”. Venga, risas...