BOIG PER TU
Incansable Ferreras
Sin desmerecer la dedicación de la televisión catalana –lo de TVE ya fue de traca en su intento de minimizar el 1-O–, había que pasarse a La Sexta que conseguía enfadar a uno y otro bando, con lo que se revestía de la pátina de una cierta imparcialidad. Y es que entre Antonio García Ferreras y Cristina Pardo, tocando zafarrancho general, consiguieron enlazar nada más y nada menos que 17 horas ininterrumpidas de programa con un especial de Al rojo vivo: objetivo Catalunya. Con tantas horas no quedó nadie por pasar por el plató montado para la ocasión en Barcelona y alcanzando, en diversos momentos, hasta el 40 por ciento de la audiencia. Así que, en este aspecto, felicidades. García Ferreras acabó exhausto aunque se vino arriba hacia el final cuando Puigdemont abrió las puertas a una declaración unilateral de independencia y Rajoy, con la boca pequeña, dijo que abría diálogo con todos. Pero la guinda la puso Josep Cuní, en la mesa de tertulianos, cuando le espetó a un ultramontano de Solidaritat Catalana: “Esta es una revuelta digital con una represión analógica.”