BOIG PER TU
Magistral Berto Romero
Reconozco que siento una especial debilidad por Alberto Romero Tomás (Cardona, 1974) desde que hace unos años tuvimos una divertida discrepancia en su sección Crític de crítics que tenía en el Divendres de TV3. Desde entonces, Berto Romero ha madurado mucho y probablemente hoy sea el mejor monologista de este país. En casa le seguimos tanto en su magistral programa radiofónico Nadie sabe nada, en la SER junto a Andreu Buenafuente, o en su consultorio de los miércoles en el Late Motiv de Movistar+. Ahora que Andreu Buenafuente está de baja por enfermedad –deseamos que se reponga lo más rápidamente posible–, le ha sustituido en la presentación del show televisivo. Y esta semana se marcó un impagable monólogo inicial a propósito del problema de Catalunya. Lo explicó como una anécdota doméstica con dos de sus hijos peleándose. Los mandó a cada uno a un extremo de la casa diciendo que los adultos no se pelean, dialogan. Luego vino a decir que los había engañado. No se rió nadie porque tampoco era el objetivo, pero le aplaudieron a rabiar.