BOIG PER TU
‘GH’ no remonta el vuelo
Como no es posible encerrar en la casa de Guadalix de la Sierra a Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras –lo que daría unas audiencias estratosféricas–, Gran Hermano Revolution languidece con los peores registros de su historia, hasta el punto que en Mediaset buscan soluciones a toda pastilla para evitar el desaguisado. De momento, el primer damnificado ha sido el debate posterior a las galas, que lo han pasado del prime time al late night, conscientes de que es derroatdo por la competencia de manera continuada. Jordi González (Barcelona, 1961), que hace lo que puede, el hombre, sigue en el cargo pero con menos duración –es que sin decir nada interesante se hacía interminable, la cosa– e imprimiendo mucho más ritmo a las polémicas. ¡Ah, y han abierto ya el Canal 24 horas para que los seguidores que aún aguantan puedan seguir al detalle el dolce far niente de los concursantes! De hecho, el problema viene de lejos. De no haber sabido rejuvenecer, y sobre todo darle descanso, a una fórmula que está ya agotada.