BOIG PER TU
Doble rasero con Guardiola
Comienza a resultar cansina, por no decir irritante, la fijación (o cabría decir ya sin ambages, odio) que demuestran los espacios deportivos mesetarios con Pep Guardiola, al que se la tienen jurada desde su etapa de máximo esplendor en el Barcelona, oscureciendo al oscuro Madrid del mourinhismo.
La cosa funciona así. Van a Manchester y preguntan a Guardiola su opinión sobre Catalunya. Él da su opinión y rápidamente se lanzan sobre él a degüello. Buscan a alguien que opine lo contrario y lo colocan a continuación con kyrons como “el anti Pep” o “Pep divide al deporte”. ¡Coño, pues no le preguntes, que al fin y al cabo es solo la opinión de alguien que no tiene poder directo de decisión sobre el particular!
Pero es que el caso aún se agrava por comparación. El otro deportista de élite asediado por el tema es Rafa Nadal, que encima no es catalán y que la cosa le pilla más de lejos. En cambio cuando él habla, todos callados. Los kyrons son otros. “Nadal habla claro”, “Nadal defiende a España” y así hasta cansarse. Los que deben de cansarse son los espectadores.