BOIG PER TU
La nostalgia es un error
Esta vez estamos de acuerdo con la siempre discutible aseveración del ahora olvidado José Luis de Villalonga. TVE se ha dejado llevar por la nostalgia y ha desempolvado el concurso Operación Triunfo, diecisiete años después de su primera edición, y enterrado, tras su paso por la trituradora vertedero de Telecinco en el 2011. Y sí, las cosas han cambiado mucho desde entonces. A la Academia, dirigida ahora por Noemí Galera –que hace añorar a la insuperable Nina– han acudido rebotados de otros concursos similares que ya no van a ciegas y con buena fe (como en su estreno, que ha sido lo único bueno de la idea de Gestmusic) sino que acuden resabiados, con más percha y pose que con aptitudes musicales, según pudimos constatar en la primera gala. A TVE le deslumbró el éxito vintage del OT: el reencuentro sin caer en la cuenta que Bustamantes, Bisbales, Chenoas y Rosas ya no hay. O no se los encuentra. Así la primera gala resultó tediosa –más de cuatro horas–, anodina, repleta de fallos técnicos y con demasiados gallos y con un presentador que no transmite.