Fariseos, un rato largo

En la televisión menos escrupulosa existe un refrán, que sin duda se aplica con entusiasmo, que dice que “si la mierda da audiencia, bienvenida sea la mierda”. Y precisamente a eso se dedicaron, con perseverancia y dedicación, durante los cerca de 500 días que duró la desaparición de la joven Diana Quer, los magacines matinales televisivos, especialmente los conducidos por Ana Rosa Quintana (Telecinco) y Susanna Griso (Antena 3). Pero no teman. Horas y horas de infundios y desacertadas informaciones revestidas de periodismo de investigación y de exclusivas. Sesudos colaboradores se dedicaron a poner en la picota a la propia joven, a la que acusaron de conducta disoluta, a sus padres, de vida desordenada y a su entorno. Nada de eso era verdad pero llenaron programación y consiguieron audiencia. Ahora se ha sabido que nada de eso era cierto con la detención de presunto asesino. Pero no teman, en esos programas no existe la más mínima autocrítica ni ningún propósito de enmienda. Están afilando lápices y micros para cuando llegue una nueva Diana Quer.