BOIG PER TU
Aguja, hilo y dedal
A TVE le ha dado el subidón con los talent shows, que vienen a ser los realities de toda la vida pero transportados al siglo XXI. Como la cosa le va bien con MasterChef en versión cocinillas aficionados, celebrities y juniors; y lo acaban de petar con el resucitado OT, se han sacado de la manga sin tiempo para que descanse el personal el Maestros de la costura, que es más de lo mismo pero cambiando fogones, escenarios y micros por aguja, hilo, dedal y máquina de coser. Y ahí queda Maestros de la costura, en la que un variopinto grupo de concursantes aspiran, cuando menos, a ser protagonistas destacados de la próxima Pasarela Cibeles. El casting ha mezclado con acierto a amas de casa autodidactas, manitas de toda la vida y modernos a machamartillo para enfrentarse a un jurado de lo más odioso capitaneado por Lorenzo Caprile, que por momentos, al menos en la primera entrega, parecía la señorita Rottenmeier. Lo reconozco, en la cocina me atrevería con casi todo, pero ante la tela me veo incapaz de coser un botón –lo hago, pero mal–. Por eso los admiro.