BOIG PER TU
Más que amor, cotilleo
De acuerdo con que la gala de OT de San Valentín, que ofreció La 1 y que ya comentábamos ayer, resultó empalagosa y almibarada, pero rezumaba romanticismo por todos sus poros. En cambio, lo de El Hormiguero fue otra cosa. Pablo Motos no supo valorar bien lo que cuesta tener en directo, y sobre todo en un plató de televisión, a un futbolista de élite, tan enemigos ellos de protagonizar comparecencias públicas, y en plena temporada, menos. Por eso nos dio la sensación que Motos, pese a sus legendarios ji jis y ja jas entre los que se mueve a sus anchas, dejó pasar una ocasión de oro para hablar con un futbolista de algo más allá del minuto y resultado del último partido y del siguiente. En vez de seguir la estela de Michael Robinson –otra cosa hubiese sido una entrevista suya– optó por la escuela de Bertín Osborne con Ivan Rakitic para centrarse, hasta el hartazgo, en cómo se lo montó para conquistar a la que ahora es su mujer, y madre de sus hijos, tras conocerla en un pub de Sevilla donde trabajaba como camarera. Más que romanticismo fue un cotilleo puro y duro.