BOIG PER TU
Profesional, muy profesional
La 90 gala de los premios Oscar, televisivamente hablando, estuvo de lo más correcta. Reivindicativa, sí, pero no agobiante. Rápida, pero no vertiginosa. Emotiva, sin caer en lo lacrimógeno. Divertida pero sin pasarse en lo chabacano o en lo incorrecto. Aséptica en general pero sin llegar a ser fría. O sea, profesional, muy profesional como suele pasar en estos casos teniendo en cuenta que el evento lo miran por la pequeña pantalla –ahora todo un eufemismo con los modelos que inundan el mercado– más de 30 millones de espectadores. Con las reivindicaciones del sector femenino de Hollywood encima del escenario, el presentador Jimmy Kimmel –aquí tampoco le dieron el mando a una mujer– supo salir airoso. Él y sus guionistas. Sus dardos tampoco fueron envenenados pero hubo dos que nos gustaron. Primero cuando presentó a Tío Oscar como el hombre más querido de Hollywood porque...no tiene pene y el segundo cuando, en alusión al film de Del Toro, dijo que “muy mal hemos hecho las cosas cuando las mujeres prefieren salir con anfibios”.