Susanna desencadenada

A Susanna Griso no la habíamos visto sacar el colmillo desde aquellos días en que se tiraba a la yugular de todo aquello que oliese, aunque fuese remotamente, al procés catalán. Ahora lo ha vuelto a hacer, no por el independentismo en Catalunya, sino para pararle los pies al obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla. Sí, ese que en un momento de confusión mental, sin duda alentada por el maligno, soltó aquello de que el propio demonio anda en el feminismo. Como se puso Susanna en su Espejo público. Le temblaban los belfos de justa indignación al escuchar las palabras del personaje. Y con ella, claro, hicieron coro los tertulianos –que cualquiera le llevaba la contraria–. O sea, que se despachó a gusto. Es de suponer que poco después lograría calmarse al escuchar también al Cardenal Arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, que sobre el tema de la reivindicativa jornada de hoy, en todo el mundo, aseguró que sin duda alguna hasta la Virgen María secundaría la huelga convocada para la jornada, aunque la ministra diga que hay que trabajar aún más.