BOIG PER TU
Las rúas son aburridas
Si dejamos a un lado su componente sentimental, las rúas de celebración de un título de cualquier equipo –salvo que sea la primera de un club modesto que difícilmente ganara alguna otra cosa en su historia– suelen ser aburridas. Tres o cuatro horas esperando para dos minutos de visualización directa del paciente aficionado. Y si es por televisión, la cosa ya resulta de lo más aburrida. Para los espectadores y para los comentarios que han de llenar y llenar espacios muertos a base de verborrea no siempre acertada. La del lunes del FC Barcelona, para celebrar su doblete, no fue una excepción y aún cabría agradecer que no se fue más allá de las dos horas de duración. Se repiten gestos, tics y muletillas que dan la sensación que se hacen para llenar programación. Los protagonistas, en su mayoría, no están por la labor y la hacen a su aire– Valverde e Iniesta, estuvieron más centrados de cara al público– y luego trasmiten imágenes no demasiado edificantes de cara a los seguidores más pequeños (por aquello del mimetismo). Poco confeti y demasiada cerveza, por dentro y por fuera.