BOIG PER TU
¡Hasta siempre, maestro!
Para los de mi generación, José María Íñigo (Bilbao, 1942) fue uno de los máximos referentes de la televisión en este país. Primero con melena, luego con peluquín bondiano y finalmente calvo, aunque siempre con bigote. Íñigo sentó siempre cátedra de profesionalidad, buen hacer, y sobre todo, excelente dicción, algo que cada vez más cuesta de encontrar y, sobre todo, oír. A Íñigo lo descubrí en la radio, en las mañanas dominicales de El gran musical de la SER, porque comenzó como innovador disc-jokey. Luego dio, ya en los setenta, el salto a la gloria en TVE con programas, siempre en directo, como Estudio abierto, Esta noche...Fiesta o Fantástico, estos dos últimos desde el Florida Park madrileño. Momentos televisivos para la historia fueron –solo por citar unos ejemplos– el tenso cara a cara entre Paco Camino y Sebastián Palomo Linares; la entrevista al mentalista Uri Geller que paralizó a todo el país, o la pérdida de los pendientes de Lola Flores en plena actuación parándolo todo para buscarlos... Años y años de buen hacer que no se olvidarán nunca. Tenemos memoria.