Armageddon Lopetegui

Será que no tenemos remedio. Será que nos puede nuestro ADN cainita. Será que aquí todo ha de ser blanco o negro, azul o rojo. Será por lo que sea, pero España y consenso se ha convertido ya en un oxímoron. Nadie está nunca contento. Ahora mismo, el país vive sumido en una fractura pero no por si Urdangarin entra en la cárcel, que entra, o si la infanta Cristina sale de rositas o incluso si un Ministro que en sus tweets se reía de Hacienda la había defraudado previamente. No. Lo que divide a España es que Lopetegui haya fichado por el Madrid. Y más que eso, que en el fondo es lo de menos, que se haya sabido a dos días del inicio del Mundial y que Rubiales, en un ataque de orgullo, le haya destituido de manera fulminante. Semejante subidón de adrenalina no lo soporta nadie y lo raro es que García Ferreras no haya montado un especial informativo con periodismo del bueno. Ahora mismo las opiniones televisivas están divididas. El Madrid es malo o lo peor; Lopetegui una víctima de su desmedida ambición o Rubiales un arrogante engreído. Y luego están los que opinan justo lo contrario.