¿Cambio? Solo de nombre

El refranero, siempre sabio, jamás engaña. Para este viaje no hacían falta tantas alforjas. Esto define el supuesto cambio experimentado por el canal en abierto de Paramount que ha pasado de apellidarse Channel a Network. Nada más. Ha sido como un discreto cambio de cromos que en nada se corresponde a la agresiva campaña promocional que precedió a la nueva etapa en que se presentaba la cosa como la séptima maravilla del mundo mundial y nada más lejos de la realidad. Paramount, ¡quién te ha visto y quién te ve?, sigue siendo un quiero y no puedo, con una programación que no aguanta ningún análisis. Además del cambio, en lo único que aporta algo diferente es en que ha recuperado la serie vintage Colombo ( 1971-1978 y 1989-2003) que dio gloria y prez a Peter Falk dando vida al desastrado detective al que no se le pasaba una. Bueno, eso, y el reality dominical de Alaska y Mario Vaquerizo. Por lo demás, en Paramount la vida sigue igual. Series copando el ochenta por ciento de la programación –Poirot es lo único que se salva– y largometrajes de medio pelo.