Nos han derrotado

Sin paliativos y con todas las letras. Nuestra tradición se bate en retirada ante el “truco o trato” del anglosajón Halloween. A los que aún amamos aquella tradición y no esta no nos queda otra que retirarnos a nuestros cuarteles de invierno, lamernos las heridas y tirar de nostalgia, en plan abuelo Cebolleta, recordando tiempos mejores. Aquellos tiempos, la verdad que ya lejanos, en que en casa, la noche del 31 de octubre, comenzaba con el rosario para los difuntos de la familia –más por tradición que por devoción, todo sea dicho–, seguía con la cena y acababa con las castañas, y panellets –caseros o de compra, según la disposición familiar– regados con la barreja de moscatel y anís, a la que progresivamente uno se iba incorporando acorde crecía en edad. Y por supuesto, el Tenorio que no faltaba nunca en La 1 de TVE. Siempre la obra de Zorrilla, pero con reparto nuevo cada año. Aún se recuerda –la tengo en DVD como oro en paño– la versión de 1966 de Gustavo Pérez Puig con Paco Rabal y Concha Velasco. Ahora ya no hay Tenorio. Solo algún que otro thriller gore.