BOIG PER TU
Se nos va la olla, la verdad
No tenía intención de hablar del tema porque no lo merece, aunque después de ver, leer y oír lo que ha generado, cabe reflexionar en un par de puntos. Ahora mismo vivimos unos tiempos convulsos para el humor o cualquier otro aspecto de la vida que no se ajuste a lo que nosotros pensamos, creemos o decimos. Es lo que hay. De lo políticamente incorrecto (fase ya superada) hemos pasado radicalmente a la de “quien no está conmigo es mi enemigo y, como tal, hay que tratarlo”. Así que los humoristas lo tienen crudo con tanta intransigencia y tan poco sentido del humor. Si antes nos tragábamos como gracioso cualquier chiste de gangosos, tartamudos o homosexuales (¿verdad, Arévalo o Pajares?), ahora, la lista de intocables en este país es tan amplia que solo cabe meterse con Donald Trump y poco más. El gag de Dani Mateo en El Intermedio puede que no fuese un buen gag, pero con no verlo, oírlo, leerlo y, sobre todo retuitearlo, estábamos al cabo de la calle. Así lo dijo Wyoming en sus innecesarias disculpas pero peor estuvo Dani: “Ni tan siquiera lo escribí yo.”