¿De verdad hacía falta?

Es cert. Cada uno es muy libre de llevar a su plató televisivo a quien crea más conveniente, y el resto, con el simple hecho de cambiar de canal, ya hacemos la nuestra. Dicho esto, uno podría pedirse si, además de morbo puro y duro y un repunte de audiencia, el Viva la vida (Telecinco) perseguía alguna cosa entrevistando Marga Garau, la madre de la Nadia, condenada después de su juicio celebrado en la Audiencia de Lleida hace unas semanas. Las preguntas de Emma García, la nueva presentadora, y los contertulios no consiguieron arrancarle nada de nuevo ya que, probablemente aconsejada por su abogado, se enrocó en la afirmación “que nadie puede demostrar que haya tenido desatendida mi hija”, y a lamentarse de cómo sufre al haber perdido la custodia y tener que verla sólo los fines de semana. Y de aquí no la sacó nadie.

Ni una palabra de arrepentimiento, ni aceptó que ella y su marido –que está en la prisión– sacaron miles de euros de incautos de buen corazón que pretendían colaborar para curar la Nadia. Todo fueron quejas y reproches, así en general, hasta que la dejaron por imposible.