BOIG PER TU
La vergüenza perdida
Como la exhibición impúdica de las intimidades propias parece que no tiene límite, Cuatro ha estrenado –con una audiencia acorde con el bajo nivel de la cadena– un nuevo docu-reality titulado Cuatro Weddings, en que a cambio de una mordida por dejarse radiografiar sus secretos más íntimos, y persiguiendo el premio de una luna de miel por todo lo alto, cuatro novias y novios (en el estreno todas fueron novias) competirán entre ellas para ver quien hace un mejor bodorrio. Con un estilo ya visto en la cadena, y en otras, cada una de las concursantes asiste como invitada a la boda de las demás, las critica (o mejor dicho las despelleja) y luego las puntúa mientras el espectador se divierte viendo como se sacan los ojos y escucha los secretos más íntimos de la ceremonia. El programa siguió al pie de la letra la línea de las directrices de Mediaset: cuanto más mal rollo mejor, pero eso ya lo hemos visto en otros espacios donde las máquinas de triturar intimidades y sentimientos funcionan sin interrupción. Ganó Toñi, una vallecana que invirtió 5.000 euros en su ceremonia. Enhorabuena.