Declaración de principios

No sabemos si Noemí Galera (Barcelona, 1967), directora de Operación Triunfo sabía que el 19 de noviembre es “El día del retrete”, pero no cabe duda que es donde mandó a sus triunfitos y además se encargó de tirar de la cadena. Ya sabemos que OT es un reality más que una cantera de cantantes o, a lo sumo, una fábrica de músicos kleenex, de los de usar y tirar. Ahora mismo, y salvo los de la primera edición, el noventa por ciento de los participantes en las sucesivas ediciones duermen en el olvido. Pero eso tampoco justifica su tremenda regañina de hace unos días al grito de “si queréis aprender música os vais al conservatorio. Esto es un programa de televisión” tras una huelga de cuerpos caídos de los alumnos de la Academia a las puertas de los dormitorios que, a modo de castigo por su mal comportamiento, les habían cerrado. Una anécdota del concurso de no ser por esa tremenda verdad que se esconde, en el fondo, tras las palabras de Galera. La audiencia es la que es y depende mucho de que pasen cosas en OT más allá de las galas. Sobre todo en el 24 horas.