BOIG PER TU
Garó, un ángel caído
Para la generación millennial, Ángel Garó, si es que siguen sus actuales andanzas, no es más que un friki, desquiciado, y al que se le va la pinza con demasiada frecuencia en los platós televisivos, con lengua viperina con la que lo mismo denigra su entorno que presume, homosexual confeso, de su promiscua e intensa vida sexual con la que ha recorrido, según confesión no desmentida por el polígrafo, toda la escala social. Sin querer defenderle, porque lo suyo no tiene defensa posible, sí que convendría hacerle justicia y recordar que Ángel Manuel Paredes Hortelano (La Línea de la Concepción, 1965) fue, durante la década de los años 90, y a raíz de su debut en el programa Un, dos, tres, uno de los humoristas más populares de este país con una agenda repleta de galas y actuaciones que dejaron su cuenta corriente de lo más millonaria. Su techo, aún no superado, está en el año 1992, al doblar, él solito, a los 32 personajes del film de animación FernGully. Por eso es una pena que sus personajes de Juan de la Cosa, Chikito Nakatone o Pepe Itárburi acaben de tan triste manera.