¿Coleccionables? Es enero

El bucle es cíclico y, como buen bucle, interminable. Seguramente existe una razón que explique que después de los excesos (en este caso económicos) de las fiestas navideñas, en plena cuesta de enero, haya quien se empeñe en que nada mejor que dejarse un pastón en interminables y caros coleccionables, de esos que se sabe cuando comienzan y nunca cuando terminan. Serían igualmente criticables en el fondo aunque quizá no tanto en la forma si esas machaconas campañas televisivas llegasen un mes antes de las vacaciones donde uno puede tener tiempo y ganas, pero no. Ha de ser en enero, con una primera entrega a precio de saldo y tropecientas más a precio de oro. Además del clásico para montar el esqueleto del cuerpo humano, que se ve que no acabamos nunca de conocerlo del todo, lo que se lleva en este 2019 es montar pieza a pieza el coche de la saga Fast & Furious y sobre todo, el galeón San Martín, de 48 años y 600 tripulantes, buque insignia de aquella Armada Invencible con la que Felipe II, allá por el 1588, quiso invadir a la Inglaterra de Isabel I.