Cortinas de humo

Da igual en qué bando se esté. Tanto los de aquí como los de allí son tal para cual y actúan de la misma manera según filias y fobias, interesadas o no. Bien sea por intereses de supervivencia económica o por razones de sentimientos. Lo mío es bueno y lo tuyo malo. Y en caso de empate, tu más. Esto viene a cuento porque, tras el Sevilla-Barça de Copa, ambos bandos quedaron retratados. En TV3, por ejemplo, taparon la debacle del Pizjuán por el fichaje de Frenkie de Jong por el Barça y le dedicaron más atención que al 2-0 en contra y la mala actuación del equipo. Venga, aceptamos pulpo y, si se queda eliminado, como dijo Piqué en un alarde de sinceridad, otro año será. Pero es que, al mismo tiempo, en el Chiringuito –quizá sin caer en la cuenta de que 24 horas después se jugaba el Madrid-Girona (y esto está escrito sin saber el resultado)– escondían las miserias blancas con la posibilidad de que los de Valverde tirasen la Copa; que el técnico no anda fino, que lo de Boateng no se entiende y que lo de De Jong es carísimo para la caja del Barça. Más humo.