El mal rollo que no cesa

Hay que reconocer que Kiko Matamoros (Madrid, 1956) no tendría vida sin la televisión. Es su hábitat natural y se ha convertido en un verdadero profesional y/o depredador desde que cayó en la cuenta que es mucho más rentable hablar de uno mismo que de los demás. Kiko ha protagonizado grandes trifulcas en los platós enfrentándose a su hermano gemelo, a su esposa, luego a su ex, y ahora exprimiendo su supuesta relación con su nueva compañera, Cristina, en la que nadie se pone de acuerdo ni en la edad, ni en su lugar de nacimiento ni en su profesión real, aunque todos coinciden en que busca parecerse físicamente a Angelina Jolie en sus buenos tiempos. Ahora, Kiko está en modo espantado/cabreado desde que se ha lanzado el rumor de que su actual pareja se dedica a mostrar sus encantos en público y en privado. Lo que no queda claro es si el cabreo obedece a que Kiko no sabía nada o es porque ha trascendido. En cualquier caso, ya han aparecido amigos, familiares y hasta un hijo de ella largando todo lo largable por los platós. Ahora todos esperan a Kiko.