La isla de los malos rollos

El habitat natural de Mediaset es el mal rollo. No es ni nuevo ni nos hemos dado cuenta ahora. Y la cosa funciona porque les supone unos niveles de audiencia estratosféricos porque los seguidores parecen no cansarse nunca de maledicencias varias en todos y cada uno de sus programas. Lo que ocurre es que en cualquier momento la cosa se les puede ir de las manos. En la entrega de Supervivientes del jueves se les fue la olla a los guionistas (porque, no lo duden, en Honduras, y en los platós, no se da puntada sin hilo) con tanto insulto, descalificaciones, puyas, malos modos, menosprecios y amenazas. Resultado: el 30,3 por ciento de la audiencia fue suya. Así que a callar y a otra cosa porque de darle al mando a distancia se ve que nadie lo hace por aquello de a ver qué pasa. De momento vimos a Jorge Javier Vázquez pedir perdón a una concursante por unos comentarios del programa anterior antes de formular otros nuevos; a Carlos Lozano, el más aplicado de los alumnos, irse en plan Crusoe al Palafito y a Isabel Pantoja, ¡Ah, Isabel!, después de su amago de espantada traicionada por todos.