Tragaderas insondables

Soy plenamente consciente de que lo que viene a continuación ya lo he escrito varias veces, pero, ¿qué quieren?, Mediaset en general y Sálvame en particular tienen la rara virtud de seguir sorprendiéndome. Cuando parece que ya es imposible ir más allá, los pupilos de Don Basile siempre dan un paso más al frente. Esto es lo que está ocurriendo con las hijas de doña María Teresa Campos, que, es de suponer que abrumada por la vergüenza propia y ajena, lleva un tiempo alejada del televisivo ruido, pero sus hijas se lanzan como posesas en cuanto ven un euro a ganar. Cierto que Carmen anda abrumada por tantas operaciones de estética, a cual peor, que hay que pagar –curioso lo suyo porque hace un par de años juraba y perjuraba que jamás entraría a formar parte del circo– y Terelu, agobiada por las deudas y con Hacienda, lo acepta todo poniendo lágrimas y muchos kleenex a todo lo que le echen. Da igual que sea sobre su salud, su relación (mala) con sus compañeros o sus fracasos sentimentales que se encadenan uno detrás de otro. Da igual. El caso es dar espectáculo y cobrar a final de mes.