El caso Luis Enrique

En casa no deja de sorprendernos la solidaridad en torno al “problema personal” que ha afectado a Luis Enrique hasta el punto que, tras tres meses de ausencia temporal, le haya obligado a dejar a la selección española de fútbol. Solidaridad transformada en una mayoritaria “ley de silencio” en la que desde la prensa escrita, radios, televisiones y portales digitales, nadie ha entrado a explicar lo que le ocurre aunque viendo, oyendo y leyendo a los profesionales del tema todos dan la sensación de que están al cabo de la calle pero que se lo callan. Lo de la sorpresa viene a cuento, y aún aplaudiendo el estricto respeto a la privacidad de las personas, porque en los tiempos que corren es prácticamente imposible guardar un secreto, porque a los cinco minutos ya está colgado en las redes sociales abriendo una puerta de inabastables dimensiones a cualquier tipo de especulaciones. Luis Enrique, y pese a que las buenas relaciones con los medios no eran su fuerte, lo ha conseguido. Pero permítanme una reflexión. Si lo mismo le pasa siendo entrenador del Barça, ¿la solidaridad hubiese sido la misma?