Mal rollo en el clan Pantoja

Las constantes trifulcas televisivas (y/o en los juzgados) de la familia Carrasco-Cano-Flores-Mohedano se han quedado en un mero juego de niños ante la sangrienta guerra, sin pausa ni cuartel para el enemigo, que se libra entre los miembros del clan Pantoja a cámara y micrófono abierto en los campos de batalla de Mediaset con Sálvame, Viva la vida, Socialité y Cazamariposas. El principal elemento discordante ha sido Isa P., como se hace llamar ahora, y que, sin saber quién tiene la razón (que es de suponer que de manera absoluta nadie), ha infringido la norma básica que dice aquello de que “es de bien nacidos ser agradecidos”. La hija de la tonadillera siempre ha estado más que agresiva con su madre pero últimamente más desde que se ha pasado al campo musical, con discreto éxito más allá de la polémica, y no acudió nadie de su familia a su estreno. Han recibido (y respondido todos) su madre, la sobrinísima Anabel Pantoja, su hermanastro Kiko Rivera, que ahora estrena discoteca, y su cuñada Irene Rosales. Se han dicho de todo menos bonito. Y la cosa no parece tener fin.