A 'Sálvame' le sobra una hora

Ya que sus detractores, que son unos cuantos aunque muchos menos de los que se piensa, dirán que todas, pero analizándolo fríamente cabe convenir que a Sálvame le sobra, cómo mínimo, una hora. Es verdad que desde su estreno el 27 de abril del 2009 en Telecinco hasta ahora, en que es el buque insignia del imperio Mediaset, el programa ha ido aumentando paulatinamente su duración hasta sobrepasar, indefectiblemente, las ocho de la tarde, en que está fijada su conclusión. Cosas del directo y del ritmo, que aún pretendiendo ser vertiginoso se convierte en tedioso especialmente por culpa de quién presenta. Mientras la aranesa Núria Marín, quizá entrenada en su habitat natural de Cazamariposas es la que lo hace mejor en este sentido, Carlota Corredera, con sus titubeos y sus constantes conversaciones con realización por el pinganillo, se hace cargante. Pero aún hay más. Cebos, los mismos cada cinco minutos, que acaban siendo más largos que la noticia en sí; promociones interminables y anuncios de temas que acaban no apareciendo. Una hora igual es poco.