BOIG PER TU
¿Seguridad o censura?
Cuando escribimos el cierre de la trilogía sobre deporte, televisión y procés aún no se sabe a ciencia cierta qué pasará con el clásico Barcelona-Real Madrid del próximo 26 de octubre, aunque todo apunta a un aplazamiento. Los medios madrileños, por prensa, radio y televisión, se han encargado sobradamente de presentarlo como si de ir a una guerra se tratase intercalando imágenes de estos últimos días en las calles catalanas. Una sesgada manipulación porque la tensión de este partido hubiese sido, o será, en caso de que finalmente se juegue, la misma que en otros partidos entre los dos eternos rivales. Y sin problemas de seguridad para un cuerpo policial, en este caso el español, que ha sido capaz de garantizar la seguridad de público y jugadores en una final de Champions o una Libertadores, por citar ejemplos recientes. Así que ya es hora de que los predicadores se quiten las caretas y digan la verdad. Todos piden el aplazamiento –o en su momento el campo de escenario– para que medio mundo y parte del otro no vea en directo las protestas y reivindicaciones independentistas.