BOIG PER TU
Mónica sigue con lo suyo
Mónica Naranjo (Figueres, 1974) sigue desnudándose cada semana, mentalmente que no físicamente, en su docureality de Cuatro, Mónica y el sexo. Su audiencia es mínima y está colocado al filo de la medianoche por su supuestamente contenido sexual, que, analizado fríamente, es muy light y más de palabra que de hechos. Ahora, la cantante, a la que hay que aplaudir que a cambio de una morterada haya aceptado hacer semejante programa, está en Brasil buscando los secretos sexuales del personal para aplicárselos en primera persona. La vimos en un ático de un hotel practicar swingers, que es entrar en un cuarto oscuro donde el personal, sin ver nada, se magrea y folla. Sin especificar más, a la salida, dice que no le gustó porque lo encontró sórdido. Luego se pasó por un estudio fotográfico, donde, sentada en una silla y asomando solo la cabeza, el fotógrafo hace primeros planos mientras la gente se masturba. Y acabó tomándose una viagra femenina y yéndose después a bailar samba con Ana Joven y Boris Izaguirre. “El pubis me ardía”, aseguró entre el regocijo general.