BOIG PER TU
Un poco más de discreción
Leo Messi es, desde hace años, el mejor futbolista del mundo (otra cosa es si es el mejor de la historia, un galardón más discutible con Don Alfredo por medio). En cualquier caso, su Balón de Oro, el sexto en diez años, es incuestionable. Y ahora permítasenos una reflexión. Las galas de entregas del galardón han evolucionado para bien desde que ganó su primer Balón en el 2009. Si el primero fue una cosa modesta, en un plató televisivo, el sexto tuvo lugar en una gala en que los protagonistas fueron los futbolistas y no las actuaciones musicales de otros años (que esta vez no las hubo). Ni tampoco ese papel secundario que otorgaban años atrás a las galardonadas femeninas (desde cortar las entregas para dar publicidad a hacer votaciones en plató sobre quien era la más guapa). Pero sí hay una cosa que chirrió en esta última gala. Desde Gol hasta en el escenario pretendieron dar emoción a la apertura del sobre del ganador cuando ya se sabía su nombre. Sobre todo desde que se filtró la llegada de cámaras a Barcelona para grabar y fotografiar a Messi y familia. Algo más de discreción, ¡Porfa!