BOIG PER TU
El esperpento de Duro
Todo el mundo tiene el derecho a machacarse el cuerpo como desee, faltaría más, y de ponerse en evidencia a su gusto, pero de eso a elevarlo a nivel de espectáculo televisivo media un abismo. Es cierto que fue una cosa en petit comité sin salirse del marco del Chiringuito de Mega pero, claro, la cosa va y se expande por la redes sociales. Por si no lo saben aún, resulta que a uno de los colaboradores del programa, Alfredo Duro, a sus 59 años, le dió por emular a Rocky Balboa en la sexta entrega de la saga y, después de diez meses de duro entrenamiento, según presumía en el plató, se atrevió a subir al ring en una pachanga –tres asaltos de dos minutos– en el gimnasio Emporio Barceló de Alcorcón. Enfrente tenía a un camerunés, de nombre Fabrice, que hay que ver si tenía licencia pugilística, con el que sin darse un golpe en condiciones firmaron un nulo a juicio del director de la pelea que fue ofrecida íntegramente en directo. En mis años mozos también jugué a boxear (tres asaltos de tres minutos) pero siempre en la intimidad del gimnasio. No me atreví a más.