BOIG PER TU
El sorteo de la marmota
Estamos de acuerdo en que el sorteo de la lotería de Navidad es todo un clásico de estas fechas y que la musiquilla de fondo de los niños y niñas de San Ildefonso, aunque sonasen mejor en pesetas que en euros, es uno de los más reconocibles villancicos de los días navideños. Dicho esto, también hay que reconocer que seguir el sorteo por televisión, o incluso por la radio, se hace interminable y tedioso. Y aún daremos un paso más allá. Es tan idéntico de un año a otro que podrían ponerse imágenes de anteriores sorteos y, salvo detalles puntuales en algún comentario, daría el pego y nadie se enteraría: los mismos tópicos, las mismas entrevistas, la misma sobreexcitación en las entrevistas y la misma galería de frikis disfrazados que inundan la sala de sorteos a la espera de ser cazados por algún reportero despistado. Tampoco varía el escenario de los premiados, cava (o sidra), saltos y abrazos y el infeliz que afirma (fue la inspiración del célebre espot de hace unos años) que él no jugaba pero que se alegra igualmente. Y este año, como novedad, el arreglabolas que se hizo viral en las redes.