Absolutamente impresentable

Preferiríamos pensar que todo se debió a un error involuntario y no a un flagrante caso de desidia, porque si fuese así, deberían rodar cabezas en Tr3ce por la aberración cometida el pasado lunes durante la emisión, en la franja de sobremesa, de El secreto de la pirámide, la excelente película rodada en 1985 por Barry Levinson, bajo la producción de Steven Spielberg, y que presenta a un Sherlock Holmes juvenil ante su primer gran caso. Levinson se guardó un añadido, una vez finalizados los créditos finales, en el que se desvelaba un impactante secreto: ya no que el villano de turno, el malvado profesor Rathe, no ha fallecido en el duelo final con el futuro detective, sino que además es ni más ni menos, como se demuestra con su firma en el registro de entrada en el hotel donde se hospeda, que el profesor Moriarty, el archienemigo de Holmes. Pues bien, esta escena fue mutilada por Tr3ce, que cortó por lo sano nada más finalizar el film. Un fallo que, por desgracia, no es único. Suele ocurrir también al final de Aterriza como puedas (1980) o Los Teleñecos, la película (1976).