Esto no es futbol

Si aceptamos que todas las medidas preventivas son pocas para intentar paliar en lo posible los efectos devastadores del dichoso Coronavirus, cabe convenir que la decisión de que este fin de semana haya futbol de Primera y Segunda división, aunque sea a puerta cerrada, es un verdadero contrasentido. Jugar sin espectadores es atentar a la esencia misma del deporte y, además de las pérdidas económicas, que son muchas, adulteras la competición porque favorece al equipo visitante, que puede jugar sin presión en la grada de los aficionados locales. Pero no acaba ahí la cosa. El martes daba verdadera pena ver el Valencia-Atalanta de Champions con las gradas vacías mientras, en la calle, miles y miles de seguidores valencianistas se desgañitaban para que, a través de la megafonía, sus jugadores no se sintiesen tan solos. ¿No había que impedir las multitudes? En cambio, jugadores, árbitros, personal del club e incluso los recogepelotas se arriesgaban a un posible contagio. Triste, la verdad. Y menos mal que el resto de deportes han optado por lo lógico, la suspensión.