BOIG PER TU
Unos amigos entrañables
Lo reconozco. Hacía tiempo que no disfrutábamos tanto en casa con un programa televisivo como con esta reposición en La 2 (miércoles y jueves) de la excelente Cañas y Barro, adaptación de 1978 de la novela de Vicente Blasco Ibáñez y que no había vuelto a ver desde su estreno. Fue un feliz viaje al pasado para reencontrarnos con una serie de viejos amigos: el orgulloso Tío Recordones, Paloma, el honrado Tono, el inmaduro y tarambana Tonet, la abnegada Bordas, la calculadora y ambiciosa Neleta, el bondadoso Cañamel, la visceral Samaruca o el borrachín Sangonereta. Seis capítulos que se pasaron en un plis plas y que pudimos disfrutarlos en color (en casa de mis padres no apareció una televisión en color hasta los 80). Cañas y barro, que aguanta más que bien el paso del tiempo al haberse convertido en un clásico, además de su trama, que bordea con maestría el culebrón más puro y duro, pivota en unos actores en estado de gracia (muchos de ellos en el mejor trabajo de su carrera) como Alfredo Mayo, Manuel Tejada, José Bódalo, Victoria Vera o Terele Pávez.