BOIG PER TU
¿Es, de verdad, necesario?
En estos largos e interminables días del coronavirus (y los que quedan) estamos asistiendo, hasta llegar al hartazgo, a demasiadas ruedas de prensa, demasiadas contradicciones y sus consiguientes rectificaciones (eso sí que hace daño), demasiados uniformes y medallas en los atriles y pocas batas blancas de profesionales de la sanidad y demasiadas estadísticas que han conseguido frivolizar de un modo indecente (sobre todo para los familiares) los descensos, o ascensos, de los fallecidos por la Covid-19. Y eso sin contar el bombardeo de imágenes de lo que hacen famosos y no famosos para sobrellevar el confinamiento o el aluvión de consejos para sobrevivir. Y ahí queríamos llegar. Desde hace pocos días podemos ver el Balcony Stories (se ve en abierto en Paramount Network), un miniespacio con las aportaciones de los espectadores desde sus móviles y desde sus balcones. Es cierto que se ve en 130 países, en 100 canales y en 27 idiomas distintos, ¿pero es necesario colocar sus escasos tres minutos dentro de todos y cada uno de los bloques publicitarios en series y largometrajes?