BOIG PER TU
Anacronopetemanía
Mientras sigue en caída libre en audiencia (aunque en diferido multiplica por mucho las reproducciones), El Ministerio del Tiempo está consiguiendo en su cuarta temporada un efecto, nada despreciable, en su audiencia. Hace quince días logró que se disparasen consultas, ventas y audiciones de La leyenda del tiempo, con la que Camarón de la Isla homenajeó a Federico García Lorca, y la semana pasada volvió a convertir en trending topic el Velaske, ¿yo soy guapa, el trap de Las Meninas, que rapeaba y bailaba Velázquez por los pasillos del Prado y que en el 2018 ya batió récords con un millón de visualizaciones en las redes sociales. Pues bien, en el capítulo del martes la serie ha conseguido un hecho insólito: no ya reparar una marginación histórica, sino conseguir que El Anacronópete, publicado en 1887 por Enrique Gaspar y Rimbau, haya colapsado a la única editorial que posee los derechos de esta poco conocida obra que puede presumir de ser la primera en presentar una máquina del tiempo, ocho años antes de la de H.G. Wells, que se llevó toda la fama.