(In)coherencias

A la hora de escribir esto desconozco si se mantiene o no el veto de la jueza de instrucción impidiendo el cierre a cal y canto del Segrià. Tampoco quiero llegar a la espontánea exclamación de un cliente del bar donde solemos almorzar de “una santa, es una santa” seguido de la petición de barra libre para su señoría en todos los establecimientos de restauración de la zona. En cualquier caso, sí que debo expresar que hacía mucho, muchísimo tiempo, que un bocadillo, el café y el posterior chupito no me sabían a tanta libertad como el de ayer en el Toni’s. Casi tanta como cuando en los 70 corríamos (en contadas ocasiones, no vayamos a exagerar) delante de los grises, o el primer beso, consentido por supuesto, en nuestra etapa adolescente. Pero es que hace hervir la sangre el tratamiento de los medios de comunicación televisivos, de Barcelona para allá, criminalizando a temporeros, empresarios frutícolas y leridanos en general cuando la situación es igual o peor en otros puntos de Catalunya. Me viene a la memoria aquella nefasta frase de Sheridan: “El mejor indio es el indio muerto.”