La fuerza turca

Aunque cueste de creer, Bollywood es la mayor productora de títulos cinematográficos del mundo, muy por encima del todopoderoso Hollywood. Y en el campo de las telenovelas, Brasil, México y Venezuela, hasta ahora líderes indiscutibles, ya son historia, arrolladas por la fuerza irresistible de las producciones turcas. Básicamente, las temáticas son idénticas: dramas personales con, como principales ingredientes, amor, traición y venganza. La diferencia está en su mayor presupuesto, mejor puesta en escena, rodajes en exteriores y escenarios naturales (no platós) y una colección de esculturales (ellos y ellas) protagonistas. El caso es que las series turcas hacen historia, y además de las que pueden verse aquí en España en cadenas generalistas, están las que se emiten en plataformas, además de en PC, tablet o móvil. Ahora mismo tienen a diario Stiletto, Amor eterno, Habitación 309 y Pájaro soñador en Divinity; Ezel en Nova y, la más popular, Kadin (Mujer) en Antena 3, dignas sucesoras de las pioneras, Hercai, Fatmagül, Amor prohibido y Medcezir.