Reír por no llorar

Si no fuera porque la cosa es muy seria, habría para reírse hasta descoyuntarse la mandíbula con las salidas de tono y ocurrencias de Donald Trump, posiblemente el peor presidente de la historia de los Estados Unidos y que, con todo, aspira a la reelección y, ¿quién sabe?, igual gana. Aquí lo vemos desde la distancia, pero los resultados de los comicios también nos van a afectar de un modo u otro. De momento nos vamos llevando las manos a la cabeza con sus salidas de tono, especialmente desde que se infectó con coronavirus hasta acabar ingresado en un hospital militar. Claro que a partir de aquí todo depende de qué cadena televisiva se siga o de cuál se nutran los informativos de este país. Si se opta por la CNN, la principal detractora de Trump, uno se lleva la opinión de que es un irresponsable, que juega a contagiar a su entorno al salir antes de tiempo del hospital y que es un pésimo ejemplo para la crisis provocada por la pandemia. Si se sigue la FOX, afinísima al presidente, vemos a un héroe que antepone su salud personal al bien de sus conciudadanos. Elijan.