El búnker de Bartomeu

Lo del Barça no tiene remedio ni límites. A la junta encabezada por Bartomeu, que avanza a paso decidido para ser el peor presidente de la centenaria historia del club, no se le caen los anillos para hacer una cosa peor todavía que la anterior: fundirse el patrimonio del club en un agujero negro que no tiene ni fin ni fondo, crear una crisis deportiva que no la ocultan ni los títulos locales, que no han logrado eclipsar los fiascos consecutivos en la Champions (París, Roma, Liverpool, Lisboa), el Barçagate, el burofax de Messi, el menosprecio a La Masia o regalar jugadores para oxigenar la masa salarial, hasta llegar a los patéticos intentos por frenar la imparable moción de censura. Todo vale para un Bartomeu encerrado en su búnker esperando (en vano) que amaine la tormenta.

Lo que ahora diré es una fruslería en comparación con lo anterior, pero demuestra su (mal) talante. Hoy se juega un amistoso, una pachanga, entre el Barça juvenil de División de Honor y el Lleida en la ciudad deportiva Joan Gamper. Pues bien, el presidente ha decidido vetar a los medios leridanos.