BOIG PER TU
Golpe bajo a los perros
Viendo, oyendo o leyendo a los medios estas últimas horas nos ratificamos en el hecho de que la política es el arte de vender como blanco lo que todo el mundo ve negro. Pedro Sánchez, maestro en trilería, con el nuevo Estado de Alarma y el eufemismo de restricciones de movilidad nocturna (en realidad se trata de un confinamiento light y un toque de queda), ha aceptado ahora lo que negaba a la mayor hace unas semanas, y oyéndole decir lo de “espíritu de equipo” y “mentalidad ganadora” no se sabe si estamos oyendo al presidente del Gobierno o a un entrenador en su vestuario arengando a los suyos antes de salir a disputar un Clásico.
Pero con todo, lo realmente sorprendente en esas nuevas restricciones que siguen ensañándose con la hostelería (y las que están todavía por venir) es la de que a los perros hay que sacarlos a pasear entre las cuatro y las seis de la madrugada. No es que sea una tontería. Es una auténtica gilipollez. Si los masivos ladridos de los perros no frenan tamaño desatino, no nos extrañaría que la cosa acabase en el Tribunal Canino de Estrasburgo.