Un desmarque de lo más light

A veces (muchas) no acabamos de entender las decisiones de los ejecutivos de las grandes cadenas más allá de por aquello de justificar sus sueldos millonarios programando espacios para que se vea que hacen algo que no tiene recorrido alguno. Este es el caso de El desmarque, un programa de información deportiva que, con una semana de vida, no parece que vaya a ir mucho más allá. Resulta que Mediaset, allá por el 2019, compró esta plataforma digital que garantizaba cinco millones de visitas al mes desde su estreno en 2006. Entonces se les ocurrió la idea de ampliar su cobertura a un programa que iría solo lunes y viernes a la una de la madrugada. Los resultados no han podido ser más demoledores.

A banda de que la mayoría de la audiencia no sabe que existe, El chiringuito de Mega, su competencia, le ha dado hasta en el cielo del paladar. Lo sentimos por Luis García (Vigo, 1981) y por sus tertulianos. La novedad en el estreno de beberse unas cañas en el plató no ha cuajado en absoluto. Y además teniendo que soportar en redes que solo hablan del Barça y el Madrid.